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15 diciembre 2006

¡¡Historia de la saga Wipeout!!

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La saga WipeOut de los británicos Psygnosis es uno de los buques insignia de la PlayStation y sus sucesoras, aunque hayan caído versiones para Saturn, Nintendo 64, Mac y PC. De hecho, el primer título de la serie, uno de los que bautizó a la consola de $ony, ayudó bastante a consolidar esa imagen adulta y alejada del concepto “juguete” que hizo despegar del todo a esta industria con el salto de los 16 a los 32 bits. Y es ahí donde mejor encaja WipeOut. Porque, aunque los muchachos de permanetes mandíbulas desencajadas que habitan la periferia madrileña y el levante jamás le hagan mención en sus memorias, la saga WipeOut es un monumento eterno de la cultura de la electrónica, una de esas obras de arte que no sólo te hacen ver la diferencia entre “bakalao” y “música electrónica”, sino que te aclaran de manera simple y concisa por qué esta última es, y sobre todo fué en aquel momento (más en Inglaterra que aquí), la cultura de toda una generación.

El WipeOut original traía una explosiva mezcla de Mario Kart y naves futuristas a hipervelocidad, concepto visto años atrás en el también nintendero F-Zero de la Super Nintendo. La velocidad es el ingrediente principal del juego, muy inteligentemente aliñada con armas de todos los tipos, como granadas, misiles, escudos y pilotos automáticos. Los circuitos estaban plagados de retorcidas curvas peraltadas, potentes saltos en los que quedabas suspendido en el aire durante unos segundos, paneles de aceleración y de armas, y por supuesto.

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Si bien el primer juego era un espectacular muestra de lo que la entonces recién nacida “nueva generación” era capaz, tenía algunos molestos detalles que fueron eliminados en la secuela, WipeOut 2097, como el que la nave se parase en seco al rozar las paredes del circuito, o que la circunferencia de los circuitos fuera demasiado limitada. Con este segundo título, el verdadero clásico entre los clásicos que también fue portado a Saturn, a PC, a Mac, y a Amiga la serie alcanzó su verdadera madurez en la jugabilidad. Solo fallaba en la ausencia de modo para 2 jugadores, que podía suplirse con 2 playstations, 2 televisores y 2 copias del juego, cosa que poca gente podía permitirse.

Posteriormente salió también WipeOut 64, una mediocre conversión para la consola de Nintendo que como aliciente por lo menos traía un modo para 4 jugadores. Los últimos títulos de la saga para PlayStation, Wip3out (1999) y Wip3out Special Edition (2000), ya por fin introdujeron esta posibilidad de 2 jugadores con pantalla partida, como broche de oro y elemento imprescindible para la época en la que salieron. Este último juego, Wip3out SE, además incluía todos los circuitos de la trilogía, lo cual hace de él el verdadero indispensable de la saga.

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Pero lo que hizo destacar y elevar a obras de arte a los WipeOut's y no a sus rivales de la época, como el F-Zero 64 o el Extreme-G, y por lo que títulos por venir, como el horrible Fatal Inertia para la PS3, jamás van a poder suponer lo mismo, eran el inigualable apartado artístico y la música. Que son, precisamente, los dos elementos que colocan a la saga en un referente indispensable de la cultura de la música electrónica de finales de los 90. Además de esto, los dos primeros WipeOut se promocionaron por clubs y discotecas de vanguardia inglesas, reivindicando con autoridad su espacio en esa cultura.

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El característico e inconfundible estilo del WipeOut corresponde a la comuna de diseñadores gráficos The Designers Republic. Estos ingleses han hecho todo una revolución en el diseño gráfico y sus influencias en todo lo que vino después son incontables. Entre sus trabajos se encuentran portadas de discos para artistas como Aphex Twin, Supergrass, Fluke o el DJ japonés Satoshi Tomiie, incontables diseños para sellos discográficos de música electrónica, la empaquetación del robot Aibo de $ony, o el logo del canal Nickelodeon. Todos los menús, los logos de los equipos, los iconos de las armas, la inconfudible fuente de las letras del juego o los detalles minimalistas que plagan los circuitos son obra y gracia de estos genios vanguardistas. Y como pueden comprobar ustedes, todo eso es la mitad del alma de los WipeOut. Y de todo lo que se le parece.

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Pero si algo roza la perfección y destaca por encima de todo, es la música. Y es que por mucho que deteste uno la música electrónica, el ritmo frenético de los temas que incluían los juegos encajaba como anillo al dedo con toda la estética, y sobre todo, con la ultravelocidad que desplegaban. Pero, a diferencia de la infinidad de mediocridades sonoras que acompañaban a los juegos de la época, la banda sonora de los WipeOut era un completo y absoluto lujazo. El primer título, quizá el más flojo en este aspecto, era bastante decente y tenía una banda sonora compuesta por los anónimos Cold Storage, e incluía temas del segundo disco de Chemical Brothers, de Letfield y de Orbital. Pero a partir de WipeOut 2097 las bandas sonoras se convirtieron en algo fuera de serie.

El segundo juego traía una banda sonora compuesta por una lujosa recopilación, con leyendas de la electrónica como Prodigy con su Firestarter, Chemical Brothers repitiendo, Fluke, Underworld, Photek o Future Sound of London. Y es que el lanzamiento de WipeOut 2097 coincidió con el año más importante en la historia reciente de la música electrónica, 1996, en el que salieron el “Fat of the Land”“Rissotto” de Fluke (con portada también obra de The Designers Republic), “Second Toughest in the Infants” de Underworld (donde salía el popular tema “Born Slippy” de la banda sonora de Trainspotting) o “Better Living Through Chemistry”, primer LP de Norman Cook como Fatboy Slim. Es en esta conjunción de la explosión de la música electrónica con el despliegue definitivo de la PlayStation de $ony donde llega WipeOut 2097 como un monumento más, importantísimo e imprescindible, de aquella época. La banda sonora de este juego se comercializó en Inglaterra aparte del juego, con algún extra, como un tema de Daft Punk, y lo cierto es que se vendió la mar de bien. de Prodigy,

Pero también las siguientes bandas sonoras han conservado siempre las recopilaciones de artístas importantes de la música electrónica. La tercera parte de la saga estaba compuesta principalmente por el genio y DJ finlandés Sasha, con temazos como “Xpander”, pero también incluía a los eternos Chemical Brothers, a Orbital, a Underworld y a Paul Van Dyke, entre otros.

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Los últimos tiempos no han sido tan prolíficos y fecundos como en la era PlayStation 1. Con el lanzamiento de la PS2 salió WipeOut Fusion, el más mediocre de la saga, que, pese a tener también una lujosa banda sonora, no destacaba muy por encima de los anteriores, como era de esperar con el nuevo hardware. Y la última entrega, estrenando la PSP, el año pasado salió WipeOut Pure, uno de los mejores juegos del escaso catálogo de esta consola. Aunque hace muy buen uso de las posibilidades de la portátil de $ony, vuelve a tener una banda sonora bastante decente que tambien se comercializa aparte del juego, y hace honor a los primeros juegos de la saga, la ausencia de The Designers Republic en el diseño de los detalles y la ausencia de elementos nuevos se hacen notar.

Estas dos últimas entregas siguen recurriendo a algunos artistas de primera fila de la escena de la música electrónica, repitiendo algunos nombres como Orbital, Future Sound of London o Photek, pero la primera fila de la música electrónica de estos tiempos no es, ni de lejos, la que fue en los últimos 90, y las pistas de relleno también son más abundantes que en la trilogía original de PlayStation. Aun así, el estilo sigue siendo genuina música de WipeOut, pero, al igual que en 1969 sucedió con el rock, el clímax de la electrónica ya ha pasado. Y la saga de Psygnosis estuvo ahí, pero, aunque vuelva a lo grande, nunca tendrá el mismo impacto que entonces.

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El futuro es incierto. Esperemos que la nueva generación, con sus gráficos next-gen, sus modos on-line o sus mandos revolucionarios puedan traer de nuevo la gloria a una de las sagas más importantes, veloces y divertidas de todos los tiempos. Porque que quieren que les diga, ante la horda de “simuladores” (que no “juegos”), de macarradas tunning y de mediocridades varias en las que nadamos ultimamente, con Sega como único estandarte de la jugabilidad pura y dura, echo muchísimo de menos un WipeOut que esté a la altura de las circunstancias. Puede que nunca se pueda volver a llegar a las cotas de gloria eterna que supuso WipeOut 2097, porque ese juego es para la música electrónica lo que pueda ser “Un perro andaluz” para el surrealismo, y a estas alturas esto del techno vanguardista está de capa caída, pero por lo menos un homenaje decente, es algo que la saga y los jugadores nos merecemos. No hay nada anunciado, y tendremos que esperar. Esperemos que no eternamente. Reportaje obtenido de Mushroom corporation.

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3 Comentarios:

  • ya te digo. Un gran artículo.

    por Anonymous Anónimo, a las 19:10  

  • ole ole ole

    por Anonymous Anónimo, a las 17:02  

  • me ha gustado mucho!
    seguid asi

    por Anonymous Anónimo, a las 13:17  

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